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Hijos adoptados de tres a cinco años de edad
De 3 a 5 años, el niño se está alistando para la próxima etapa: enfrentarse al mundo. Comienza a desarrollar la habilidad de explorar, de iniciar proyectos y cuestionar todo lo que ve. Todas esta habilidades le ayudan a continuar la separación de sus padres, a prepararse para salir del mundo seguro de la casa al afuera salvaje y desconocido. Y en el momento que se asome al mundo exterior, va a comenzar a confrontar el hecho de su propia adopción. Debido a que en el niño pequeño su habilidad de pensamiento es tan rudimentaria, generalmente tiene problemas para entender las implicaciones de ser adoptado.
Hijos adoptados de seis y siete años de edad
Comenzando cerca de los 6 ó 7 años, el niño puede diferenciar entre adopción y nacimiento como modos alternativos de formar una familia. En otras palabras, reconoce que aunque todos entran al mundo de la misma manera, por el nacimiento, la mayoría de los miembros de las familias lo hacen naciendo dentro de ella. También reconoce que ser adoptado significa tener dos pares separados de padres ( los que me concibieron y los que me acogieron y educaron. Los niños comienzan a preguntarse acerca de su madre biológica; las preguntas sobre sus padres biológicos suelen llegar algo más tarde. Este es un buen momento para mostrarles fotografías, cartas o recuerdos de sus padres biológicos. Si no se saben las respuestas a sus preguntas o si la historia involucra un pasado complejo o penoso, conteste con "quizás" evasivos, mientras reafirma el valor de las personas involucradas y la dificultad de su situación antes de la ubicación de su hijo. Permitiéndole que piense sobre el tema, e incluso que fantasee sobre sus padres biológicos, induzcas a tu hijo a aceptar su rol en la familia y a desarrollar un grado positivo de autoestima. Sus curiosidades pueden derivar en temores acerca de temas como que sus padres biológicos aparezcan para reclamarlo, por ejemplo; por eso es tan importante que compruebes que él comprende bien el proceso y la razón de su adopción. El silencio y la evasión posiblemente harán que el niño piense que hay algo erróneo en sus orígenes y consecuentemente, que hay algo malo en él. La alternativa es decirle al hijo la verdad de lo que pasó; esto puede ser muy duro tanto para los padres como para el hijo, ya que en el fondo hay una verdad difícil de aceptar. Pero es más dañino no decírselo, ya que el niño percibe misterio, inquietud y silencio acerca del tema de sus padres biológicos y de su origen. Esta distinción entre nacimiento y adopción es muy importante, es la base de un significado y entendimiento más profundo que emergerá más adelante. Los niños en edad escolar incrementarán su capacidad para la solución de problemas. El aumento de pensamiento lógico, incremento de sensibilidad al punto de vista de otros, y experiencia en el salón de clases contribuye a este proceso. El niño adoptivo en edad escolar, por primera vez hace un esfuerzo espontáneo para considerar seriamente las circunstancias que rodean su nacimiento. Por mucho que los padres adoptivos lo intenten, será difícil evitar que sus hijos tengan sentimientos de pérdida y aflicción por los que inevitablemente pasan. Sin embargo, se los puede ayudar a que superen estas situaciones difíciles, validándoles tus sentimientos. En aquellos casos en que tu hijo requiera alguna información que no se encuentra en tu poder, ofrézcale ayuda para encontrarla. Un entendimiento joven que emerge de la familia también complica sus sentimientos acerca de ser adoptivo. Niños pequeños, generalmente menores de 7, definen familia primariamente en términos geográficos: su familia está compuesta por las personas que viven en casa. No se ve la conexión biológica como necesaria para ser miembro familiar. Esto significa que los niños pequeños aceptan fácilmente la afirmación de sus padres adoptivos que son parte de la misma familia y así va a ser para siempre.
Hijos adoptados de siete y ocho años de edad
Pero cerca de los 7 u 8 años, el niño comienza a reconocer que la familia normalmente se define en términos de relaciones consanguíneas. Viéndolo así, no tienen vinculación biológica con sus padres, pero si tienen padres biológicos ( y posiblemente hermanos biológicos), en alguna parte, y aquí algunos niños pueden comenzar a expresar confusión acerca de su lugar como miembro de la familia... Además, este periodo se caracteriza por el desarrollo de la lógica recíproca. Con respecto a la adopción, el desarrollo de la lógica recíproca ayuda a sensibilizar al niño en el asunto del abandono. Para los niños jóvenes, los padres adoptivos hablan acerca de la adopción enfatizando su deseo de tener un hijo y construir una familia. El niño, a medida que la historia avanza, necesitaba un hogar, y los padres adoptivos lo escogieron para ser parte de la nueva familia. Lo que usualmente no se discute es por que el niño necesitaba un hogar. Una vez que el niño entra en un periodo de pensamiento lógico, se percata de que para haber sido elegido, primero tuvo que haber venido de algún lugar, lo que significa que fue abandonado. Durante este tiempo, el niño comienza a entender adopción no solo en términos de construcción familiar, sino también en término de pérdida familiar.
Hijos adoptados de nueve a doce años de edad
Entre los 9 y 12 años, los chicos logran una comprensión más profunda de lo que significa el proceso adoptivo. Quizás aflore en esta época los primeros signos prematuros de tristeza o pesadumbre, a medida que los niños comienzan a resolver problemas, establecer prioridades y buscar relaciones. Es también en estos momentos en que empiezan a ver el lado público de la adopción y a comprender que, socialmente, son diferentes a sus amigos, aunque tal vez todavía no comprendan bien por qué esta diferencia debe importar. Los niños están más capacitados para procesar información embarazosa sobre su adopción que cuando llegan a la adolescencia. Si la historia de su hijo incluye situaciones desagradables, sin embargo, asegúrese de conversar y compartir con él los hechos sin emitir juicios sobre ellos.
Hijos adoptados adolescentes
Entre los 13 y 15 años es bastante común que su joven hijo adolescente no quiera frecuentar a sus padres biológicos ni a los adoptivos. Esta es una época particularmente difícil para la mayoría de los jóvenes, en la cual desean asimilarse a su entorno y no ser diferenciados por ninguna característica, sea esta cual fuere. Desde los 16 años en adelante, como sucede con la mayoría de los jóvenes, los adolescentes adoptados están constantemente tratando de descubrir cómo encajan en el mundo que los rodea, así como procurando establecer su propia independencia. Frecuentemente, este es un período en que muestran un inusitado interés por los temas de la adopción y por obtener informes acerca de su familia biológica. A medida que los adolescentes se desarrollan sexualmente, comienzan a analizar las diferentes opciones que sus padres tenían, y muchas veces juzgan sus acciones y decisiones. También luchan constantemente por lograr su propio equilibrio entre las influencias genéticas y las del medio ambiente.
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